¿QUÉ TIPO DE MADRE ERES? ?

psicologia niños torrelodones

¿QUÉ TIPO DE MADRE ERES? ?

Durante la crianza de nuestros hijos es fácil encontrarnos con épocas complicadas en las que, a pesar de establecer algunas normas en casa, se nos resisten o incluso vemos que nos desafían queriéndose salir con la suya. Muchas veces atribuimos estos comportamientos y estas luchas de poder a que son “malos niños” o “niños difíciles”, sin embargo, la investigación nos ha demostrado que la forma en que aplicamos la disciplina, las normas y los límites en el hogar tiene una estrecha relación con ese mal comportamiento.

Existen dos tipos de educación familiar que consisten en los dos polos de un mismo continuo. Por un lado, tenemos las familias “permisivas”, donde apenas hay normas de conducta ni prohibiciones. En estas familias, los padres no dan órdenes directas porque les sabe mal “obligar” a sus hijos a hacer cosas que no quieren en ese momento, y, en consecuencia, los niños muestran desobediencia o no muestran las conductas que los padres quisieran simplemente porque nadie les marca el camino por el que deben ir. En el otro extremo, tenemos las familias “autoritarias”, donde existen demasiadas órdenes y reglas que cumplir, siendo los padres muy estrictos en cuanto a su cumplimiento. En este tipo de familias, cuando los padres inician una comunicación con sus hijos, casi siempre es para darles una orden, con lo que se vuelve prácticamente imposible cumplirlas y mucho menos supervisar dicho cumplimiento. Los padres están tan centrados en las normas y dejan de lado el pasar tiempo con los hijos de una forma relajada, lo que también trae como consecuencia un mal comportamiento.

Por tanto, establecer un equilibrio entre tener unas normas de conducta y disciplina, establecer lazos afectivos sólidos con los niños, así como dejar que desarrollen su personalidad va a ser fundamental para que se sientan seguros y desarrollen una buena autoestima.

Para que nuestras órdenes sean eficaces es necesario tener en cuenta lo siguiente:

  • Decidir de antemano qué órdenes vamos a establecer para tener unos límites claros y bien definidos (debemos estar ambos padres de acuerdo para no contradecirnos o desautorizarnos).
  • Estar seguros de que no vamos a ceder ante su incumplimiento (ser consistentes), así como tener claras las consecuencias del mismo.
  • Formularlas de forma positiva (“hablamos bajito” en lugar de “no grites”).
  • Deben ser claras, concretas y cortas.
  • Darlas de una forma calmada pero firme (si las expresamos enfadados estamos añadiendo tono de crítica, lo que puede generarles sentimiento de incompetencia o humillación y afectar su autoestima).
  • Podemos añadir fórmulas de buena educación (“¿Por favor puedes hablar más bajito?”).

Tener normas y límites claros en un hogar facilita que los niños se sientan seguros ya que hacen que su mundo sea más predecible. Debemos guiarnos siempre por la premisa “menos es más”, más vale disponer de pocas normas y que éstas sean claras, concisas y persistentes, que tener cantidad de ellas, pero poco concretas o confusas y no llevadas a término.

Sandra Daudí, psicóloga de Camins.

Si tu hijo o hija tiene dificultades de aprendizaje o cualquier tipo de problema psicológico no dudes en llamarnos.