SI NO LO HACES POR TI, HAZLO POR ELLOS
Aunque no en todos los casos, es frecuente ver en consulta, tanto en el ámbito clínico como jurídico, familias con padres divorciados que, a pesar de llevar años separados, siguen sumergidos en un mar de conflictos.
Sin embargo, estás familias no llegan al psicólogo por estos conflictos, sino más bien el motivo de consulta son los hijos. “Últimamente está más desafiante”, “Busca todo el tiempo saltarse los límites”, “no hay forma de que haga los deberes”, “antes no era así” y un largo etcétera.
Cada vez se esta investigando más los efectos que tiene un divorcio conflictivo en los hijos, y lo cierto es que este fenómeno se convierte en un gran factor de riesgo para el desarrollo de posibles trastornos afectivos (depresión, ansiedad…) y conductuales (Trastorno negativista-desafiante, trastorno disocial…) en la edad escolar y, sobre todo, en la adolescencia.
En estos casos, lo más recomendable es, a parte de que el niño reciba el apoyo psicológico necesario, acudir a mediación familiar que permita cerrar conflictos excónyuges y trabajar herramientas de resolución de problemas y comunicación asertiva.
Algo que siempre intentamos transmitir en las sesiones con los padres es que nuestros hijos en cierta forma son un reflejo de como nosotros gestionamos nuestras propias emociones y nuestros propios conflictos. Si queremos ayudarles, un paso vital también será buscar ayuda para nosotros mismos.
Si te sientes identificado cuando escuchas divorcio conflictivo pero tus hijos no presentan este tipo de problemas, no esperes más. Actúa. Si no lo haces por ti, que sea por ellos.
Joana Jarque Marín, psicóloga.